Por mucha ilusión que uno tenga, a la hora de emprender, se necesitan más factores para que un negocio funcione. El emprendimiento conlleva muchos beneficios pero también se puede convertir en una auténtica pesadilla si uno no está a la altura. Por ello es aconsejable no lanzarse a la aventura sin tenerlo todo bien atado. A continuación presentamos cinco señales que indican que quizá no estés preparado para dar el paso o que todavía no es el momento.
#1.Todavía no has diseñado un plan de negocio
Tener muchas ganas e ilusión, aunque son completamente necesarias para activar el motor que nos lleva a iniciar un negocio, no es suficiente. A la hora de emprender es fundamental tener diseñado un plan en el que establezcas qué vas a ofrecer a tus futuros clientes o, lo que es lo mismo, cómo vas a ganar dinero. Los hay que se lanzan a la aventura sin un plan previo y consiguen hacerse un hueco en el mundo empresarial pero no es lo realmente aconsejable.
#2.No dispones de un “colchón” económico
Uno nunca sabe si las cosas funcionarán tal y como estaba previsto desde un principio. Además, que un negocio funcione no depende de nosotros sino que depende de si tenemos o no clientes. Por ello deberías tener una base financiera sólida. Tu deuda no debería estar fuera de control, y deberías tener suficiente flujo de dinero para pagar tus gastos de manera cómoda. Los ingresos del emprendimiento pueden ser esporádicos, y debes prepararte lo mejor que puedas. Aunque, ya se sabe que para ganar es necesario arriesgar. Cada uno decide hasta qué límite está dispuesto a llegar
#3.No existe motivación
Se debe tener una excelente motivación si se quiere hacer cualquier actividad, en especial cuando hay ganas de llevar una idea a cabo. Si eres el tipo de persona que necesita que un jefe que le diga constantemente qué hacer, no estás preparado. Tener tu propio negocio debería ser lo más importante para ti. Debería ser la actividad que más te gusta de tu vida, aquella por la que estarías dispuesto a sacrificar todo o casi todo. Si no es el caso, tal vez deberías pararte un momento a pensar si eso es lo que realmente quieres hacer.
#4.Sin Plan B
Saber qué hacer en caso de que las cosas nos vayan mal permite tener tranquilidad en el desarrollo de la actividad. No tener un Plan B puede suponer que el miedo se asome durante todo el proceso y no vamos a ser capaces de arriesgar lo necesario.
#5.No estás atravesando por un buen momento personal
Emprender requiere no solo de un gran esfuerzo económico sino también de tiempo. Y además mucho tiempo y de calidad. Por ello el emprendedor necesita tener una mente que le permita centrarse en el nuevo proyecto, sin distracciones. Si tu vida personal se encuentra en una etapa de transición, sometida a mucho estrés y cambios, tal vez no necesites el nivel adicional de estrés que te va a suponer el lanzar tu propio negocio personal.
Y ahora bien, ¿estás preparado?
Comentarios recientes