SERES ha publicado un nuevo estudio titulado “La Factura Electrónica en Europa” en donde analiza la evolución y uso de la factura electrónica en el continente europeo y su enorme crecimiento durante 2020. Actualmente, 80,43% de los países en Europa usan la e-factura de manera obligatoria, incrementándose principalmente en contrataciones entre empresas y en países como España e Italia. La factura electrónica es sostenible y eficiente, reduce costes y elimina procesos mecánicos que usan papel.
SERES, compañía pionera y especialista en Intercambio Electrónico seguro de Documentos, ha dado a conocer los datos recogidos en su estudio “La Factura Electrónica en Europa”, en el que hace un extenso análisis de la evolución y uso de la factura electrónica en varios países de Europa, creciendo exponencialmente durante 2020.
En Europa, el uso de la factura electrónica está ampliamente extendido en todos los países de la comunidad. Actualmente, 100% de los países de Europa usan la e-factura en transacciones comerciales, siendo obligatorio en 80,43%, y voluntario en 19,57%. Su masificación se ha visto impulsada bajo este contexto de digitalización acelerada a consecuencia de la pandemia, por leyes y decretos gubernamentales y por iniciativas propias del mercado.
La Unión Europea se ha convertido en referente en el la implementación y uso de la e-factura, gracias a la acción incansable de la Comisión Europea. De hecho, un dato interesante es el posicionamiento de la factura electrónica dentro de la Agenda Digital Europea como un elemento tractor y facilitador para impulsar relaciones internas en el mercado y competitividad entre las empresas del continente. La aprobación en 2014 de la Directiva 2014/55/UE sobre facturación electrónica en la contratación pública dio pie a normalizar un formato de estándar europeo, el CEN-TC/434, también conocido como EN 16931, el cual se ha adoptado por todos los poderes adjudicadores y entidades contratantes de la Unión Europea.
2020 ha sido clave para implementar la Factura Electrónica en la Unión Europea
El 2020 ha sido un año fundamental para masificar la factura electrónica en los países europeos, ya que desde abril de 2020, todas las Administraciones Públicas regionales y locales de la UE, están obligadas a recibir y procesar facturas de este tipo.
Algunos países, como Italia y España, han avanzado en la masificación de la factura electrónica entre empresas, es decir B2B, gracias a los buenos resultados y múltiples beneficios que ha tenido en las contrataciones públicas de la Unión Europea en el ámbito B2G.
Italia y España son principales referentes en el continente europea en el uso de la Factura Electrónica en el ámbito B2B
España e Italia son en este momento, los principales referentes en Europa en la introducción de la factura electrónica en B2B. Desde el 1 de julio de 2018, las empresas subcontratadas en España por Administraciones Públicas están obligadas a facturar de manera electrónica cuando el importe de los trabajos o servicios sea mayor de 5.000 euros. Para contribuir a las subcontratistas en esta nueva obligación y facilitar el pago, la AEAT ha puesto a disposición de los operadores económicos y particulares un Registro Electrónico Único, también conocido como FACeB2B.
Italia ha sido el primer país europeo en hacer obligatoria la factura electrónica en el entorno B2B, luego de hacer lo mismo para B2G hace solo cuatro años. Desde el 1 de enero de 2018, los subcontratistas de los proveedores de suministros y servicios a la Administración Pública están obligados a facturar de manera electrónica, lo cual se extendió a todas las compañías del país el 1 de enero de 2019. El estándar del formato utilizado es el FatturaPa o cualquier otro formato aprobado por la UE.
Fuera de la Unión Europea, otros países europeos como Noruega, Moldavia, Ucrania, Bilorrusia, Suiza, Turquía, Albania, Reino Unido, Liechenstein, Islandia, han apostado también por hacer uso obligatorio de la factura electrónica.
Eficiencia y sostenibilidad
En este nuevo contexto, donde es fundamental la optimización de procesos, reducción de costes, el aumento de la sostenibilidad de las administraciones y de la competitividad de las empresas, la factura electrónica aporta grandes ventajas gracias a la eliminación de todos los procesos mecánicos relacionados con el uso del papel.
Aunque en Europa son muchos los países decididos a impulsar el uso obligatorio de la factura electrónica, muchos otros como Mónaco, San Marino, Andorra, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Rusia y Macedonia, se inclinan más porque su uso sea voluntario tanto en las relaciones entre empresas como en las contrataciones públicas entre empresas y gobierno.
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