El sector turístico es uno de los grandes perjudicados por la pandemia ya que la propagación del virus y las restricciones de movilidad hicieron que los ingresos descendieran un 77% en 2020, con casi menos 90 millones de turistas internacionales y un gasto inferior en un 80%, respecto al año 2019. Se trata de un sector imprescindible para el motor económico de España y en el que la tecnología tiene un papel fundamental para la reactivación, tal y como sugieren algunos expertos de Verne Group, la compañía tecnológica especializada en telecomunicaciones y TIC.
El Big Data y el uso de herramientas para el tratamiento de los datos se han convertido en el aliado perfecto para la transformación digital de las empresas turísticas, independientemente de si son grandes o pequeñas. El tejido empresarial turístico está apostando por la digitalización para asegurarse la supervivencia y contar con una ventaja competitiva.
En este sentido, el análisis de datos transforma los datos en información útil para las empresas turísticas para conseguir respuestas que les sirvan para definir y optimizar sus estrategias de ventas. Es decir, ofrece una visión completa del comportamiento de los turistas y los usuarios, desde las visitas y de dónde proceden, el tiempo medio de la estancia, los desplazamientos entre ciudades, los lugares más escogidos hasta el nivel general de gasto de los turistas o el gasto medio por día.
«El principal atractivo del Smart Tourism está en la capacidad de predecir comportamientos, expectativas y necesidades futuras de los turistas que permitan a las empresas tomar decisiones de negocio más inteligentes y seguras. Además, posibilita detectar tendencias, conocer mejor al cliente, agilizar la toma de decisiones, optimizar procesos, atraer y fidelizar usuarios o desarrollar productos y servicios mucho más personalizados», comenta Antonio Soto, director de Verne TECH, la división de negocio de tecnologías emergentes de Verne Group.
Seis beneficios del Big Data para el turismo
1. Precisión. El Big Data consiste en una extensa fuente de información idónea para conocer con exactitud diferentes parámetros del sector turístico como lugares de procedencia, tiempo de estancia por nacionalidad, desplazamientos, lugares para pernoctar, puntos turísticos de mayor interés o el gasto medio.
2. Muestras fidedignas. El Big Data cuenta con beneficios como disponer de la información precisa y real procedente de varias fuente con datos fidedignos y representativos para incidir en la toma de decisiones de las empresas.
3. Cruce de datos y segmentación. El análisis de datos permite conocer los gustos y los hábitos del cliente para adecuar la oferta turística en base a, por ejemplo, el número de miembros de una familia o su nacionalidad.
4. Compartir datos entre varias entidades. Combinar fuentes propias con otras de terceros o de la administración pública es otro de los grandes retos del sector turístico.
5. Predicción. Una herramienta fundamental para anteponerse a las necesidades de los turistas y ofrecer mejores servicios con la predicción de datos con un nivel avanzado. Mediante datos estadísticos, propios y de terceros, las empresas del sector turístico pueden anteponerse a la llegada de turistas con unas determinadas características.
6. Nuevos modelos de negocio. «Una de las tendencias del sector turístico es la reinvención de los modelos de negocio al servicio de los clientes. Mediante el análisis de los datos, las empresas invierten en áreas con potencial de crecimiento realizando así una apuesta de mejora», concluye Soto.
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