IFS, compañía global de aplicaciones empresariales, además de especialista en soluciones destinadas al sector de ingeniería y construcción, señala la construcción modular y offsite como el método predilecto de elección para las compañías del sector en los siguientes años. Y es que la capacidad para reducir el tiempo de construcción, conseguir mejorar la calidad de servicio, reducir los costes y la priorización de la huella ECO serán las piezas clave de este modelo.
Por otro lado, la especialista Axesor ha determinado que a lo largo de 2021 España destacó por la creación de 102.169 nuevas empresas dentro del gremio. Hasta un 34,06% más de las que se crearon en 2020. Casi la mitad de ellas relacionadas con el sector de la construcción (13.507 del total) o el inmobiliario (9.621 empresas).
#1. Enfoque reactivo
Hasta la fecha, la industria había preferido un enfoque de lucha contra imprevistos basado, casi, en la improvisación. Pero todo indica que la escasez de recursos ha obligado a las empresas a contar con una estrategia alternativa para lograr la continuidad de sus proyectos. Lográndose ajustar a los tiempos de entrega pactados, evitando, a su vez, pérdidas económicas de importancia.
#2. Aumento del precio de las materias primas
Por otro lado, la inflación de las materias primas, pero también el aumento de los precios del acero en un 70% (o de la madera en un 23%) respecto 2020 preocupan, y mucho, a las empresas de construcción. Más teniendo en cuenta los márgenes de ganancia extremadamente estrechos en los que muchos ya operan.
#3. Ímpetu por un servicio de calidad
Otra de las tendencias que marcarán la industria de la construcción los próximos años será la servitización del ciclo de vida de los activos. Y es que se situará como el nuevo modelo de ingresos para este sector. Sin duda, una gran oportunidad para que los constructores, y fabricantes, consigan visibilidad de su rendimiento futuro y logren hacer crecer de forma notable su negocio.
#4. Objetivo: ampliar la oferta
En definitiva, se tiende hacia un modelo operativo que permita a las compañías diseñar el activo desde una perspectiva de costes. Pero también desde el rendimiento del ciclo de vida total, poniendo el foco, precisamente, en el resultado que ofrece el activo desde el punto de vista de proveedor de servicios de extremo a extremo. De hecho, se trata de una nueva realidad ya latente avalada por el último informe elaborado por IFS. Concretamente, muestra que el 25% de las compañías del sector ya incluyen el servicio, el mantenimiento y la gestión de instalaciones como parte de su oferta. Y que, además, se espera que esto aumente al 50% de cara al año 2025.
#5. Mayor integración y monitorización para un óptimo control de las operaciones
Además, parece que los próximos años destacarán por el uso de herramientas de integración y monitorización en tiempo real que permitan a las empresas poder evolucionar hacia sistemas y procesos totalmente centralizados. Éstos garantizarán un mayor control de todas las operaciones. En definitiva, la idea es cumplir con los objetivos de rendimiento de entrega en el tiempo estimado, siempre dentro del presupuesto. Además, aportando una alta calidad de servicio. Consiguiéndolo, los diferentes departamentos (adquisiciones, ingeniería, planta y equipo, fabricación e instalación y construcción) lograrán estar sincronizados y aportar el valor añadido que se espera de todos ellos.
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