En las Pymes, la rentabilidad y el ROI son determinantes tanto en el contexto general del negocio como en sus iniciativas. Durante 2020 se ha vivido un antes y un después, en la digitalización de las empresas. Las Pymes buscan como nunca antes, que la rentabilidad y el retorno de inversión sean seguros dentro de la transformación inevitable.
De acuerdo con Isabel Pomar, CEO de Datisa, cualquier cambio debe contemplar el aumento de la rentabilidad del negocio, más aún en estos tiempos de incertidumbre e inestabilidad que requiere una optimización de los recursos a su máximo nivel. Planificar de manera adecuada las inversiones y minimizar los riesgos son fundamentales para lograr los cambios tan necesarios.
En un escenario ideal, la Rentabilidad y el ROI se convierten en dinero, pero para lograrlo es imperativo definir objetivos perfectamente alineados a las estrategias de cada empresa. Sólo en función a ellos, se deben establecer acuerdos basados en las expectativas de rentabilidad y retorno deseados. Luego, se debe proceder a definir los KPI para hacer seguimientos adecuados. Teniendo en cuenta que ya muchas pymes cuentan con soluciones que les permiten optimizar su gestión (ERP, CRM, BI, entre otros), será aún más sencillo establecer los mecanismos necesarios que impulsen la rentabilidad y el ROI.
Para acelerar la transformación digital que permitan el incremento de estas dos variables, las pymes deberán tomar las siguientes acciones:
- Determinar si efectivamente están en condiciones para afrontar los cambios organizativos que se presentan de manera inevitable al comenzar un proceso de transformación digital, no sólo en los procesos sino en la cultura organizacional. En este sentido, es importante impulsar prácticas que permitan avanzar de manera rápida.
- Determinar si se cuenta con las competencias/habilidades necesarias, y si es necesaria una inversión, investigar sobre cuáles son los conocimientos necesarios para sacar el máximo provecho de las herramientas con las que se cuentan.
- Determinar si existe algún apoyo tecnológico dentro de la organización que esté a cargo del óptimo funcionamiento de este sistema. Es importante tener en cuenta que a través de una evaluación periódica de la organización es posible potenciar los aciertos y disminuir los errores.
De cualquier manera, tal como manifiesta muy acertadamente Isabel Pomar, la transformación digital es esencial para impulsar el crecimiento de las pymes. Los clientes de las pymes ya son clientes digitales, con lo cual, si no se cuenta con el nivel adecuado de digitalización, su competitividad se ve reducida. Pomar asegura que las empresas con crecimiento superior al promedio son aquellas que han apostado a la digitalización de cualquier manera, bien sea a través de la automatización de los procesos, la reducción de los costes operativos o del uso de plataformas digitales que permitan un soporte al cliente más eficiente e interactivo. “La automatización ayuda a las pequeñas y medianas empresas a ser más resilientes y flexibles, lo que les permite adaptarse mejor a las circunstancias. Y, eso, en los tiempos que corren, es imprescindible”, finalizó.
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