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Emprender

No cometas estos errores a la hora de emprender con un socio

Las relaciones laborales al igual que las personales en sus inicios suelen comenzar con muchas ganas e ilusión. Pero lo que empezó con muy buen pie, en ocasiones, no se desarrolla como habíamos previsto… Un dato a tener en cuenta sobre todo cuando se trata de una unión laboral en la que además del tiempo, esfuerzo y dedicación, hay dinero de por medio.

Es cierto que una sociedad es una buena forma de iniciar una empresa: permite compartir ideas, compartir diferentes puntos de vista, apoyarse económicamente… Pero, aún así, hay que tener en cuenta diversos aspectos para conseguir que nuestro plan de negocios compartido sobreviva y no fracase. Para ello se deben evitar cometer ciertos errores iniciales que pueden desembocar en el fracaso del proyecto:

#1. No determinar qué aportación tiene cada socio

No es lo mismo ser socio capitalista que socio trabajador. Al formar una sociedad, los socios pueden venirse arriba, mostrar mucha ilusión y querer ser trabajador. Poco a poco esa ilusión puede ir disminuyendo y querer ser únicamente socio capitalista. Por eso es importante dejar por escrito un contrato escrito y firmado con todos los detalles.

#2. Pensar que hay varios  jefes

El fifty-fifty no es efectivo. En las relaciones personales está bien establecer una relación de igual a igual. Pagar una comida o un viaje a medias es lo más recomendable, pero cuando se trata de una sociedad, el reparto 50/50 está condenado al bloqueo. Todo negocio necesita una persona que lleve el control general, un 70/30 o un 60/40 o incluso el 51/49 es una buena opción para que el negocio tenga éxito. Las decisiones pueden tomarse por consenso igualmente, pero en este caso queda claro quién tiene la última palabra.

#3. Elegir asociarte con alguien por el mero hecho de no poder contratar a empleados

Éste es uno de los errores garrafales de la sociedad desde el principio, la unión por falta de capital. Antes de asociarte con una persona por no disponer del dinero suficiente para contratar a la persona idónea para desarrollar esa tarea, es preferible tomar otro tipo de acuerdo antes que involucrarlo en tu propuesta de negocio como si también fuera suya.

#4. No hacer un contrato por escrito 

Aunque la idea nazca de entre dos personas con la que exista plena confianza, no se puede emprender un negocio sin que exista un contrato de por medio que refleje todos los detalles, especialmente, las obligaciones de cada socio. Para cumplir con la legalidad y tenga validez, es recomendable asesorarse y contar con la ayuda de un abogado que se encargue de todo el trámite burocrático que conlleva.

#5. No tener previsto un «Plan B»

Aunque casi todos los negocios nacen con la mayor ilusión, no siempre se consiguen los resultados esperados o también se puede dar el caso en el que uno de los socios ya no quiera participar en el negocio. ¿Qué se hace en estos casos? Para evitar mayores problemas, es conveniente que en los acuerdos del contrato se especifiquen las diferentes situaciones que se pueden dar una vez que se inicie la empresa y durante el futuro. Lo ideal sería establecer una solución o propuesta para evitar posibles disputas en el caso de que uno de los socios decida abandonar el barco o hacerse con la totalidad de la empresa.

#6. Omitir una sociedad limitada

Crear un negocio como una Sociedad Limitada es otro de los puntos principales que evitaran un crudo desenlace si los negocios no son los esperados ya que, de este modo,  un socio no es responsable de las obligaciones o acciones del otro miembro.

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